Yo ya había acordado con la india que en el caso de que nos pasara algo a alguno de los dos, siempre estaría el otro para cuidar de Dayma. El problema era que no había contemplado la posibilidad de que la India me dejara. Pero tampoco insinué nunca quedarme con la gata en ese caso, claro. Por eso el día que La india metió en el transportin a Dayma, no puse impedimentos. Calenté agua, la vertí en mi taza con dibujos de pandas y sumergí en ella una bolsita de Té.
Lo peor vino después. Porque mientras miraba como metía a Dayma en el transportin no quise sentir nada. Y creo que no había asimilado todo en ese momento porque el gancho a lo Tyson llegó cuando recapacité sobre lo ocurrido y sobre la cara de nuestra gata. Le había dado una barrita para gatos, una chuchería de las que adoraba, y ni se había inmutado.
Supongo que después, en el coche, habría llorado como cuando se coló en la casa del vecino. Habría gemido como cuando parió aquellos preciosos gatos que estuvimos alimentando noche y día para que salieran adelante porque Dayma no pudo.
Cuando La india se llevó a Dayma dejó en mi un vacío difícil de llenar.
Porque en realidad la gata nos había unido más en algunos momentos. Porque cada vez que miraba a Dayma podía observar como su aura tenía la esencia de La india. Porque aquella vez que me dijo "Este es el mejor regalo que me has hecho nunca" mientras abrazaba a la gata, su gesto y su sonrisa me proporcionaron uno de los recuerdos más bonitos de mi vida.
Por eso tampoco pude nunca decirle que no se la llevara. Había sido el mejor regalo para ella. Para los dos. Y no podía culparla por no quererme. Por dejarme allí sentado con mi té, mi taza de pandas y aquella extraña sensación parecida a la de querer morirse. Eso sí, morirse de amor.
La noche que Dayma entró en nuestras vidas yo había salido a fumarme un cigarro a la terraza del apartamento. Dentro estaban todos celebrando el cumpleaños de la India; bebían licor de Ronmiel y se inventaban reglas de juegos de mesa. Yo siempre le decía a la India que aquello era una tontería porque nunca recordábamos las reglas pasado un tiempo. Y ella se cabreaba y me decía que sacaba lo peor de ella con aquellos comentarios.
Pero aquel principio e pelea fue interrumpido por Dayma. Que tenía la libertad de entrar en la casa de cualquiera. Hasta esa noche en la que se coló a través de la fachada del vecino En mi terraza y nada más verme me hizo la croqueta mientras yo le daba una última calada al cigarro. Tal y como me había dicho poco tiempo después nuestra bella veterinaria de origen guineano llamada Niara: "El gato te ha elegido a ti". Y yo a cambio aquella noche le di una lata de atún. Nuestra amistad se cerró mientras ella se relamía y me miraba fijamente. Había sido el comienzo de una larga amistad.
Cuando escuché el portazo del coche dejé de pensar en todo aquello y lloré. Porque encima de que lo estaba pasando mal con la separación de la India, en ese momento tenía que empezar a asimilar que ya no podría acariciar a Dayma por las mañanas, ni me acompañaría por toda la casa cuando estuviéramos solos o me despertaría por la mañana dándome toques con la patita para que le diera de comer. Aquel pequeño espacio de mi corazón en el que había depositado todo el amor que me había dado el animal se estaba llenando de mierda.
Que extraño y difícil resulta desprenderse de la compañía de un animal al que has querido tanto. Y cuanto dolor se siente al intentar asimilar que él quizá sea feliz pese a todo. Porque para ellos no es lo mismo, porque ellos saben que la vida es más sencilla de lo que parece. No se complican con tonterías ni acumulan frivolidades. Y eso era lo que me había enseñado Dayma sobre los animales y por eso la admiraba tanto.
wow! qué bonito relato!!!!
ResponderEliminarMuchas gracias Lucilá por pasarte pro aquí y comentar mis cosas. Me alegra mucho que lo leas y te guste. Un abrazo.
EliminarGracias Daniel, te comprendo muy bien, mi Dayma se llamaba Tita y eran muy parecidas. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Gracias a ti. Eso es que mas o menos explico bien las cosas en mi blog después de todo. Un abrazo!
EliminarQue hermoso, me acerco a mi gato que partio en viaje por el universo. Gracias..
ResponderEliminarEn el universo gatuno. Un abrazo
EliminarEstupendo y muy bonito. Gracias por compartirlo amigo. Un abrazo
ResponderEliminarGracias a ti. Cada me levanto dando las gracias por tener a tanta gente apoyando mis cosas. La verdad es que es algo que me emociona.
EliminarHola, mucha gracias por compartir esta parte de tu vida, llenaste algo en mi y mis recuerdos cuando una lágrima rodó por mi mejilla.
ResponderEliminarMi twitter @gary1524
Gracias de nuevo
Hola,
EliminarEspero que fuera algo bonito aunque melancólico. No quiero contribuir a fomentar la tristeza. La nostalgia es agridulce pero se sobrelleva. Te mando un fuerte abrazo para contrarrestar. Un saludo
Estupendo y muy bonito. Gracias por compartirlo amigo. Un abrazo. Juanjo Almeida
ResponderEliminarMuchas gracias a ti por dedicar algo de tiempo a leer mis cosas. Te mando un fuerte abrazo.
EliminarQue boniiiiiito!
ResponderEliminarMe he sentido muy identificada con esas emociones que tan bien describes en tu relato. Muy emotivo!seguro que Daima también te echa de menos a su manera.
Amo a los gatos!
Hola!
EliminarJejeje. Muchas gracias. Mi Dayma está conmigo y quería reflejar un poco lo que me pasaría si se marchara. Te mando un fuerte abrazo y un feliz fin de semana.
Hola disculpa por leerlo hasta ahora..
ResponderEliminarMe ah perecido extraordinario,gracias por compartirlo saludos..un fuerte abrazo.:)
No acepto que me pidas disculpas Marla Bautista. Para mi es maravilloso que leas este blog incluso con falta de tiempo. Te mando un abrazo.
EliminarGracias, por este hermoso relato. Tambien, tengo una gatito, que adoro como una persona.
ResponderEliminarCreo que el ser humano se engradece ccuando valora, respeta y cuida de los animales, ellos son parte de nuestras vidas.
Gracias, Daniel, ellos, los mininos son verdaderas compañias: Intelegentes, cariñosos, independientes.
Hola! Que agradable verte por aquí. La verdad es que conectar con los animales nos hace mejores seres humanos. Después de todo nosotros somos como ellos. Te mando un fuerte abrazo y te deseo un feliz fin de semana. A ver que se me ocurre para maltratar vuestras mentes lectores la semana que viene.
EliminarGracias por responder, tambien para ti un lindo fin de semana. Jamas tus relatos, articulos, comentarios maltrataran nuestras mentes, pues es altamente gratificante leerte por que la poesia enaltece al ser humano, alimentado el alma.
EliminarYo adoro a los animales y por los felinos tengo una admiracion especial. Me dice una amiga que parec e que en otra vida yo fui un feliz, una gata, jajajaja.
Gracias!! abrazo fuerte!
EliminarMi mascota es una caniche enana, se llama Violeta y es como una hija adoptiva. Muy lindo relato. Abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias por comentar. LE mando desde aquí un abrazo fuerte a Violeta. Y os deseo un feliz fin de semana a las dos. Y muchas chuches para Violeta.
EliminarTe acabó de descubrir, y me quedó por aquí.
ResponderEliminarPásate por mi blog, puro sentimiento.
algoopasaconmarta.blogspot.com
Hola! Muchas gracias. Me pasaré por tu blog sin dudarlo. Un abrazo!
EliminarEs el primer relato que leo tuyo y me gusta..melancólico y triste pero sin rayar en la amargura.Seguire leyendo.
ResponderEliminarMuchisimas gracias. Me alegra un montón que te haya gustado.
EliminarY sí, es una jodienda hasta cuando el pinche gato te deja.
ResponderEliminarSaludos!
Gracias por el comentario jejeje. Te mando un abrazo fuerte!
EliminarQue relato tan curioso. Me gusto.
ResponderEliminarEl mejor regalo que uno puede recibir es la lealtad de los animales. Y solo algunos pueden entender eso
Muchas gracias por tu comentario. Me has alegrado el fin de semana. Saludos!
EliminarExcelente relato del fin de dos historias vividas por el protagonista.
ResponderEliminarMuchas gracias por comentar mi blog. Me has alegrado el domingo. Te mando un fuerte abrazo.
EliminarMe encantó tu relato. Melancólico pero hermoso
ResponderEliminarMuchas gracias. Me alegra que te guste. Espero hacer cosas más alegres en un futuro próximo.
EliminarMe encantó tu relato. Melancólico pero hermoso
ResponderEliminarMe encanto, aunque he derramado alguna lagrima, me he despedido de varios gatitos maravillosos que me han acompañado a lo largo de mi vida, gracias!!
ResponderEliminarMuchas gracias. Siento hacerte llorar y espero que sea de emoción. Te mando un abrazo fuerte.
EliminarMuy buen relato
EliminarGracias!
EliminarJustamente hoy viene esa sensación de nostalgia, recuerdos...y la tristeza que aún se niega a alejarse, reforzada por este relato tan bonito y por el amor que despertaron los gatos de mi, hacia ellos. Precioso, ¡me encantó! Felicidades.
ResponderEliminarMuchas gracias. Está escrito con la fuerza que me da mi sentimiento hacía ellos. Un abrazo!
EliminarExcelente relato, son maravillanos, su cariño y lealtad son incondicional, gracias Daniel.
ResponderEliminarGracias a ti por leerlo. ES un placer compartir tantas emociones con tanta gente. ES mágico. Un abrazo!
EliminarExcelente relato, son maravillanos, su cariño y lealtad son incondicional, gracias Daniel.
ResponderEliminarMil perdones! No había visto este mensaje. Muchas gracias y saludos!
EliminarEmotivo relato . Me puedo imaginar tu tristeza, todos lo que tenemos una mascota, por una u otra razón cuando ya no conviven con nosotros, dejan un enorme vacio y sensación de soledad en casa....
ResponderEliminarMuchas gracias. Es un placer conectar de esta forma con otras personas. Un abrazo.
EliminarGracias por compartir,
ResponderEliminarBonito detalle,, para reflexionar
A ti por pasarte por mi humilde blog. Un abrazo!
EliminarAcabo de releer y ahora como acabó de adquirir una perrita Pitbull se muy bien de lo que nos cuentas, oh si. Si antes fue para reflexionar, esta ocasión fue para comprobar lo compartido. Gracias a ti!!
EliminarMe alegra que releas esto. Un abrazo y le deseo lo mejor a tu perrita pitbull. Un abrazo!
EliminarEs bonito el relato. Me parece que escribes muy bien. Enhorabuena
ResponderEliminarVaya. No me esperaba un comentario como este para terminar el día. Uno se va a la cama mas contento con esto. Mil gracias y un abrazo!
EliminarEsto promete,me ha gustado tengo tres gatos así que imagínate
ResponderEliminarMuy tierno,yo no tengo animales,por circunstancias, no tengo ni el tiempo, ni el sitio, ni la vida adecuada para poder cuidarlos del modo que se merecen, pero me imagino cuanto cariño se les puede llegar a tener..., eso lo expresas maravillosamente :-)
ResponderEliminarEstos relatos merecen estar en un libro.
ResponderEliminar¡Gran relato! Me siento muy identificada ya que mi "Dayma",Noa, nos dejó hace unos meses y su pérdida se nota día tras día.
ResponderEliminarLo siento mucho. Gracias por comentar.
EliminarPrecioso.Sentimientos nobles,enhorabuena.Gracias por compartirlo con todos nosotros
EliminarNo había visto este comentario! Vaya. Muchas gracias! Un abrazo fuerte.
EliminarExcelente relato. Lo voy a compartir. Con cita, por supuesto. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir! Saludos! :-)
EliminarUn gran relato por cierto! Enhorabuena
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu forma de redactar y expresar algo tan sencillo de la forma más bonita.
ResponderEliminarEnhorabuena. Me he subscrito por supuesto.
Te invito a que visites también mi blog: http://mrsramez.blogspot.com.es/
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ResponderEliminarPrecioso relato. Me ha encantado tu forma de escribir. Mientras leía, has conseguido que me vengan recuerdos preciosos. Vengo para quedarme. Enhorabuena.
ResponderEliminarelcabellodeandrea.blogspot.com
Gracias por la sensibilidad... hace mucha falta. Abz fuerte!
ResponderEliminarMuchas gracias por pasarte por mi blog. Un abrazo!
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